AEROPUERTO DE LOS RODEOS:

Carretera TF-5, San Cristóbal de La Laguna, al norte de Tenerife.

los rodeos
Comenzó como aeródromo provisional en 1929, por el interés de una aerolínea alemana en contactar Berlín con Tenerife. El primer avión fue un un Arado VI de la compañía Luft Hansa.
Hasta que fue declarado oficialmente aeropuerto en 1930.

Pero éste aeropuerto, es conocido por el gran accidente, ocurrido el 27 de marzo de 1977, donde dos aviones chocaron al cruzarse en la pista, cuando uno de ellos comenzaba a despegar y el otro aparato se preparaba para hacer la misma operación.

Una explosión de una bomba a las 12:30 en una floristería del aeropuerto de Gando, en Gran Canaria, y la amenaza de otra, provocó que muchos vuelos fueran desviados a Los Rodeos, incluidos los dos aviones involucrados en el accidente. El aeropuerto rápidamente se congestionó de aviones estacionados que bloqueaban la única calle de rodaje y forzaban a los aviones que salían a rodar por la pista.

Las causas de aquella tragedia donde se contabilizaron más de 583 muertos,  en la que dos jumbos 747 de las compañías Pan Am y KLM chocaron, continúan siendo discutidas, al confluir las carencias técnicas del aeropuerto y las condiciones meteorológicas adversas de aquella tarde, con la sobresaturación de las instalaciones y el determinante error humano.
La investigación realizada posteriormente por las autoridades concluyó que la causa principal del accidente fue la decisión del capitán de KLM de despegar, creyendo, erróneamente, que se había emitido una autorización de despegue del control de tráfico aéreo, admitió que su equipo fue responsable del accidente y la aerolínea finalmente acordó compensar económicamente a los familiares de todas las víctimas.

El 27 de marzo de 2007, treinta años después del accidente, se inauguró en Mesa Mota un Monumento Conmemorativo, una estructura de 18 metros de altura que tiene forma de una escalera caracol que asciende hacia el cielo.

El accidente puso al descubierto las sorprendentes historias premonitorias de algunos supervivientes, las corazonadas descritas por Norman Williams, superviviente de 52 años del avión estadounidense, quien incluso aseguró sentirse auxiliado, en el amasijo de hierros y fuegos, por manos y voces invisibles que le ayudaron a salvarse.

Un pálpito irrefrenable también salvó la vida de la única superviviente del avión holandés de la KLM, Robine van Lanschot. Por razones aparentemente prácticas y a pesar de las presiones, insistió en no volver a subirse al avión rumbo a Gran Canaria tras su parada en Los Rodeos.

Se asumió desde un primer momento que el lugar había quedado impregnado con el dolor y el miedo generado en la tragedia, así como habitado por las almas desorientadas de las víctimas, motivo por el que se llevaron a cabo de manera extraoficial diversas ceremonias para purificar el entorno y liberar a las personas allí fallecidas, facilitando su tránsito al Más Allá.

Semanas después del accidente, muchos operarios han sido testigos de cosas extrañas, como voces, lamentos, 
llantos. Pero lo más impactante, es el misterio de la niña que ronda por el aeropuerto. 

Un testigo, en Marzo de 2004, estando de instrucción nocturna, eran las 2,30 de la mañana. Uno de los compañeros que se encontraba a unos 200 metros del resto del grupo, llegó corriendo y diciendo. “¡He visto una niña, he visto una niña!”. La describía como de unos siete años, con melena oscura y unos intensos ojos azules. Enseguida hicieron una batida para buscar a la pequeña pero no encontraron nada de nada.

Otro de los testigos de este misterio es un teniente que salió a hacer ejercicio por los alrededores de la base, aprovechando la carretera que va paralela a la pista, justo cuando llegué al recodo que hay pasando los hangares del GAAAL (grupo de Artillería Antiaérea Ligara), vi con total claridad una niña con la cabeza inclinada hacia abajo y sin piernas desplazarse sin tocar el suelo. Seguidamente cogí una piedra y la lancé a una zona próxima al lugar donde aquella niña se desvaneció muy rápido, la aparición duro unos 8 o 9 segundos. Nunca lo conté de forma oficial porque estas no son cosas que nadie tome enserio, pero puedo jurar y perjurar que aquella niña estaba allí.

A lo largo de varias investigaciones sobre estos desconcertantes sucesos, localizamos a más soldados que también habían hecho guardias en esta zona y aseguraban haber escuchado lamentos y sollozos. Según la versión de los testigos, la fisionomía o aspecto de la supuesta niña puede variar, pero el denominador común es que se trata de una niña de corta edad (6 ó 7 años) y baja estatura, ojos claros y pelo oscuro que se aparece cruzando los alrededores de la garita con aspecto desolador, ropa algo rota y sin las extremidades inferiores.

Un testigo incluso hablan de que la niña ha llegado a dirigir su mirada hacia él con expresión desconcertante al tiempo que se desvanecía entre los arbustos cercanos.

Otro suceso es el de un militar que se encontraba una noche de vigilancia en una garita. Sobre las tres de la madrugada, de repente se cruza delante suyo, un niño. Estaba a unos 15 metros. “Recuerdo que tenía el cabello oscuro y la piel pálida, aunque con un cierto brillo. Además, portaba un camioncito de juguete”. Cruzó de izquierda a derecha y se perdió. La observación duró unos 15 o 20 segundos. Por la zona no hay viviendas cercanas. El soldado empezó a notar cierta ansiedad. Abandonó su puesto en la garita junto a su arma reglamentaria, se llegó a alejar de su puesto unos 100 metros en busca del niño, no vio ni rastro. 
Volvió a la garita, con un gran malestar y llamó a través del teléfono al puesto de guardia. Al momento se personó en la garita un Land Rover con un cabo y dos soldados. Al entrar en el puesto de vigilancia se encontraron a nuestro testigo en el suelo, víctima de una lipotimia. Al día siguiente, el soldado es llamado para reunirse en un despacho de esta base militar con un alto mando para dar parte de lo ocurrido, resolvieron que debía tomar vacaciones sin hablar con nadie de lo ocurrido.

Otro testimonio es el de don Ignacio con 79 años de edad, un agricultor de la zona conocida como el Coromoto, este barrio fue escenario de primera fila la tarde del accidente por estar situado justo a pocos metros de las pistas del aeropuerto. Cuenta que no son pocas las veces en las que a visto a gente asomarse en lo alto de la ladera, junto a las pistas y mirar para abajo. Algunas veces levantan los brazos, pero no se les oye decir nada, están ahí y luego desaparecen de golpe.

Según la opinión de este testigo, esas pobres personas están ahí porque no han podido encontrar la paz. Mi esposa les ponía velas para que su alma descansara en paz el día de todos los difuntos. Ella me decía que esa gente solo quiere regresar a su casa. 

Varios pilotos que han tomado los vuelos hacia y desde este aeropuerto han afirmado que más de una de las almas del accidente todavía está rondando el aeropuerto. Un piloto afirmó que había retrasado al menos dos despegues porque creía ver figuras en la pista, agitando las manos como si advirtieran de algo peligroso más adelante.

En el acuartelamiento en cuestión se han comunicado otros fenómenos potencialmente sin explicación, vinculados con alteraciones en su instalación eléctrica, apertura y cierre de puertas y ventanas sin mediación humana o potentes ruidos en zonas desalojadas, por lo que cabría pensar que el lugar podría tener su propia actividad misteriosa independiente de lo ocurrido en el aeropuerto.
Aparte de que se han registrado otros 5 accidentes aéreos en los que perdieron la vida un considerable número de personas:

16 de septiembre de 1964: durante el despegue el avión se estrelló por problemas técnicos, 32 fallecidos.

5 de diciembre de 1970: se salió de la pista por exceso de velocidad al aterrizar, 4 fallecidos.

3 de mayo de 1971: accidente en vuelo de entrenamiento, 3 fallecidos.

5 de enero de 1972: se estrelló en aproximación por niebla intensa, 93 fallecidos.

25 de abril de 1980:  se estrella en el monte el diablillo, entre candelaria y la victoria, debido a la niebla el avión descendió sin saber que estaba sobre el monte, 146 fallecidos.

Quizás sea la necesidad humana de encontrar sentido en lo incomprensible, o tal vez, como muchos creen, hay algo más que permanece entre las pistas. Sea como sea, Los Rodeos nos recuerda que incluso en los lugares más transitados, el pasado puede seguir caminando entre nosotros.