ADDY SEA BED AND BREAKFAST:

 99 Ocean View, Bethany Beach, Delaware.

De estilo victoriano, ofrece a los visitantes impresionantes vistas al mar y la máxima comodidad mientras están fuera de casa pero también es uno de los hoteles más embrujados de Delaware. Fue construido en 1902 por John Matthew Addy que era dueño de una empresa de plomería, quien falleció en la casa en 1917 con 78 años . Originalmente destinada a ser la granja familiar. Sin embargo, una serie de circunstancias aseguraron que la casa eventualmente se convirtiera en un destino de vacaciones.

En la década de 1920, tuvo que ser reubicado dos veces debido a la amenaza de daños por marejadas ciclónicas asociados con su ubicación frente a la playa. Luego, en la década de 1930, la Depresión golpeó duramente a todo el país.
Así que la familia de John Addy comenzó a alquilarla a grupos eclesiásticos para conseguir dinero para llegar a final de mes. 

Permaneció como casa familiar hasta 1935, cuando se convirtió en una pensión. 
Ha cambiado de propietario varias veces pero durante los últimos 25 años, ha sido propiedad y gestionada por los Gravattes, que ha seguido operando como bed and Breakfast hasta ahora.   

Cuenta con 13 habitaciones con capacidad para 37 personas. Además tiene reservas para bodas y reuniones. El hermoso patio frente al mar puede albergar hasta 125 personas.



Se informa que al menos 3 habitaciones están encantadas, la 1, 6 y 11. Se dice que la habitación 1 tiene un baño embrujado, la bañera personal de John Addy con 4 patas y de cobre tiembla violentamente y muchos huéspedes lo han experimentado. Los huéspedes que se han alojado en esta habitación informan de sucesos extraños, como luces parpadeantes, ráfagas de viento inexplicables, sombras, susurros y una sensación general de inquietud.

La música de órgano se puede escuchar proveniente de la habitación 6, aunque no haya ningún órgano allí. Cuenta la leyenda que un antiguo residente, un talentoso pianista, tuvo un trágico final. Algunos creen que su espíritu inquieto sigue llenando la mansión con su hermosa música, mientras que otros piensan que es simplemente el eco del pasado, atrapado en el edificio.

Los visitantes que han tenido el privilegio de presenciar este concierto describen la experiencia como fascinante y espeluznante. Las notas evocan una sensación de anhelo y tristeza que persiste mucho después de que la música se desvanece.

La habitación 11 está embrujada por un hombre que solía trabajar allí, Paul Dulaney. Se le a visto sentado en la cama o de pie junto a ella. La bañera de hidromasaje, comienza a llenarse con agua sola y el teléfono puede apagarse repentinamente.

Aparte de las habitaciones encantadas, hay un fantasma que corre a través de los pasillos durante la noche. El olor del perfume llena el aire y el sonido de la música misteriosa flota a través de los pasillos por la noche.  El hijo de Addy, Kurtz, murió en un trágico accidente cuando se cayó del techo de la casa. Se dice que los pasos que emanan del techo son suyos, y también hace notar su presencia corriendo por los pasillos por las noches. Kurtz también hace notar su presencia materializando su obituario de la nada.

Tanto los visitantes como el personal informaron de extraños avistamientos y sonidos espeluznantes que resonaban en los pasillos. Algunos afirmaron haberse encontrado con las apariciones fantasmales de los antiguos residentes. Otros hablaron de puntos fríos y corrientes de aire inexplicadas que parecían desafiar la explicación lógica.

Los visitantes que se atreven a aventurarse hasta el tercer piso han informado de apariciones extrañas, pasos misteriosos y una sensación constante de ser observados. Algunos especulan que el tercer piso alberga los espíritus más inquietos, con tragedias pasadas y muertes prematuras que dejan su huella.  

A medida que los visitantes ascienden por la escalera hasta el tercer piso, una quietud espeluznante flota en el aire. Las sombras parecen bailar a lo largo de las paredes y la temperatura desciende, enviando un escalofrío por la columna vertebral. La presencia de entidades invisibles es palpable. Se cuentan historias de figuras fantasmales que atraviesan las paredes, voces incorpóreas que susurran en sus oídos y la sensación de una mano invisible rozando su piel.

En una ocasión se capturó una voz infantil, riendo y susurrando palabras ininteligibles. Muchos investigadores creen que este es el espíritu de una niña que trágicamente perdió la vida en la mansión hace años.

Muchos investigadores tienen sus propias historias para compartir, cada una más escalofriante que la anterior. Un investigador recuerda una noche que pasaron encerrados en el lugar, donde escucharon voces incorpóreas susurrando en sus oídos. Las palabras eran confusas, pero la sensación de una presencia era innegable. Otro investigador informó haber presenciado objetos que se movían por sí solos.

Quizás las experiencias más inquietantes compartidas por los investigadores son las sensaciones de ser tocado por manos invisibles. Han descrito sensaciones que van desde un suave roce contra su piel hasta un agarre firme que deja marcas.