THE OLD STONE HOUSE:

Ubicado en 3051 M Street, Noroeste de Georgetown. Washington.

Antes de que Georgetown se convirtiera en un barrio elegante en Washington, fue utilizada por los pueblos nativos americanos. Las tribus utilizaban las tierras boscosas cercanas para la caza, la pesca, la recolección y la extracción de piedra. 
Estas tierras fueron compradas por primera vez por John Claggett en 1752 y luego por John Boone en 1762.

En 1764, Christopher y Rachael Layman viajaron desde Pennyslvania con sus dos hijos para comenzar una nueva vida y pronto comenzaron a mejorar la tierra. Desafortunadamente, el marido murió en 1765, dejando a la viuda para continuar con la construcción.
La casa fue construida con piedra de campo azul local, extraída de una cantera cercana, y tablas de roble macizo. Las paredes de piedra de dos a tres pies de espesor y los pisos de tierra compacta protegían a la familia de las inclemencias del tiempo, mientras que los techos bajos conservaban el calor del fuego del hogar.
En 1767, después de que la viuda se casara de nuevo, la casa pasó a ser propiedad de Cassandra Chew, otra viuda adinerada que según los registros tenía 6 esclavos.
Le hiso algunos arreglos, como la cocina y añadir un segundo y tercer piso y fue utilizada como alquiler, siendo así una fuente de ingresos hasta el día de su muerte en 1811. Después estuvo pasando por herencia a sus hijas y nietas, hasta que en 1875, por primera vez en 100 años no era propiedad de mujeres ni de un descendiente de Cassandra.
Fue comprada por dos hombres, Richard Marcey y Calvin Payne.
Arrendaron la casa a varios hombres, y ya en 1879, la sala delantera era un taller de pintura. 

En 1890, James y Morgan Goddard compraron la propiedad que siguió siendo un taller de pintura y también utilizada como alquiler. Hasta 1940, cuando la vendieron a Harris y Rosa Levy.

A lo largo de la historia muchos negocios abrieron tiendas en el interior, aparte de la tienda de pintura, un relojero, una mercería, fabricante de sombreros, e incluso fue el hogar de un presunto burdel a principios de 1900.  

En 1953 el gobierno compró la casa, el terreno en el que se asentaba y toda la propiedad que aún existía, ya que la casa fue considerada como de importancia histórica. La Parkway Motor Company utilizaba el área de arriba como oficinas y el resto había sido pavimentado para acomodar los vehículos.

Durante siete años, el Servicio de Parques Nacionales trabajó para preservar la casa y devolver el interior a la forma en que podría haber sido alrededor de 1800. Hoy en día la casa museo está abierta a los visitantes, hay una tienda y las exhibiciones hablan sobre la historia de la casa, por qué se conservó y quién vivió y fue el propietario de la casa.

Un número excepcionalmente grande de residentes y visitantes afirman que un gran número de espíritus habitan la pequeña casa. Estos incluyen:  

-Una mujer con un vestido marrón de pie cerca de la chimenea. 
-Una mujer de mucho peso de pie en la escalera y también en la cocina. 
-Un hombre con el pelo rubio largo y con una chaqueta azul. 
-Un hombre con pantalones cortos y medias largas. 
-Una mujer en una mecedora en el tercer piso.
-Un niño pequeño llamado Joey que corre por el pasillo del tercer piso. 
-Un hombre vestido con ropa de la época colonial de pie en el dormitorio principal y en el segundo piso. 
-Una niña con el pelo rizado corriendo arriba y abajo de la escalera. 
-Un niño afroamericano. 
-Un artesano de aspecto alemán que se cree que podría se el propio Christopher Layman .
También se han oído las risas de los niños y las imágenes translúcidas de mujeres que están en la cocina, una mujer que se pasea de noche con una luz, rostros de hombres y mujeres mirando por las ventanas.
Pero también está un espíritu malévolo apodado "George", se cree que en vida podía ser un asesino, que ha ahogado, arañado y empujado a los visitantes y cuya presencia se nota por un punto extremadamente frío, deja a los testigos con una intensa sensación de miedo. Odia especialmente a las mujeres, y las atacará primero si entran en su habitación del tercer piso.
Se han grabado psicofonías donde se escuchan ruidos, voces, gruñidos y susurros.