HOTEL CHELSEA:

En el 222 Oeste de la calle 23, entre las avenidas Séptima y Octava. Manhattan, Nueva York.

Fue construido en 1883 como una cooperativa privada de apartamentos que se abrió en 1884; con sus 12 pisos, fue el edificio más alto de Nueva York hasta 1902. En 1905 el edificio tras su bancarrota, fue adquirido y se abrió como hotel. En el 2011 cerró para ser remodelado y en el 2022 abrió de nuevo de la mano de BD Hotels, el grupo detrás del hotel Bowery.

Una de las cosas por las que el Hotel era más conocido fue su falta de reglas y su total desprecio por las inhibiciones entre los huéspedes y los residentes. Aquí no se consideraba nada vergonzoso, por lo que la gente acudió a este lugar con un abandono salvaje. Durante la década de 1970, las trabajadoras sexuales frecuentaban el primer piso, tanto los invitados famosos, residentes e incluso los gerentes del hotel se unían a la diversión erótica. 

El hotel aparece en varias películas, como 9 Semanas y media, El intérprete, Casa de D, y Hotel Chelsea, entre otros títulos.

La oscura historia del hotel se remonta a principios del siglo XX. En 1908, Una chica llamada Almyra Wilcox murió de una sobredosis de medicamentos para el sueño, un probable suicidio. Al año siguiente, el artista Frank Kavecky se voló los sesos después de que le robaron dinero perteneciente a la Sociedad Húngara de Enfermos y Benevolentes. Edie Sedgwick, prendió fuego a su habitación.  En 1974, Billy Maynard, un fotógrafo especializado en actos de rock, fue golpeado hasta la muerte en su habitación.

El poeta Dylan Thomas murió el 9 de noviembre de 1953 en la habitación 206 del hotel; víctima de una mezcla de neumonía, hemorragia cerebral, hepatitis y alcoholismo, acabó con la vida del poeta cuando tenía 39 años. Entró en coma y fue llevado al hospital donde murió a los 3 días. El rostro de Dylan aparece en las ventanas de su antigua habitación. En marzo de 2013, una mujer dijo haber visto su cabeza flotando en el aire frente al espejo de su habitación, la aterradora experiencia fue seguida por una noche de insomnio, por el sonido de pisadas fantasmales  y una sensación progresiva de miedo.

Charles R. Jackson (Autor “Días sin huella"), tuberculoso, que se suicidó con una intoxicación por barbitúricos en su habitación en 1968. También es de mencionar a Charles James, modisto  que murió a los 73 años en 1978 de una neumonía bronquial. (Se dice que el fantasma del diseñador aparece en las tres habitaciones que alquiló en el sexto piso durante catorce años).

El 12 de octubre de 1978, el cuerpo de Nancy Spungen de 20 años, fue hallado con una herida en el abdomen producida con un cuchillo, en el suelo del baño de la habitación 100. Su novio, Sid Vicious (bajista de los Sex Pistols) fue encontrado culpable del asesinato, él decía no tener ningún recuerdo de haberlo hecho. Muchas teorías mantienen que fue asesinada por uno de los dos traficantes de drogas que visitaron aquella habitación esa noche y que, probablemente, también tenían la intención de robar. De hecho, algunos objetos desaparecieron del cuarto. Sid murió 6 meses después de una sobredosis de heroína, antes de ser sentenciado.

Se dice que el fantasma de Sid Vicious habita en los elevadores del edificio, y que gusta de detener las puertas en cada piso; el fantasma de Nancy Spungen supuestamente fue fotografiado en el año 2001 por una reportera de una página dedicada a catalogar las vidas del bajista y su novia, se aprecia una fuerte actividad paranormal alrededor de la habitación 100 donde murió Nancy, actividad que incluye grandes fluctuaciones de temperatura, muebles que se mueven de su lugar, y sombras nebulosas que se han visto continuamente. Esta habitación 100 ya no existe, se tiraron las paredes y se ampliaron las habitaciones colindantes.

Algunos han informado de música procedente de la habitación desocupada desde la tragedia, y otros han escuchado sollozos y gritos de una pareja discutiendo...A esto se le suma el espectro de una delgadísima mujer que corre por los pasillos semidesnuda, usando solamente unas bragas rosas...

Otro fantasma menos conocido es el de "Mary", la mujer se quitó la vida al enterarse de que su esposo, cuyo regreso esperaba con impaciencia, se encontraba entre las 1.512 personas que murieron en el Titanic, ocurrido en la noche del 14 al 15 de abril de 1912 en las heladas aguas del Atlántico Norte, tras impactar con un gigantesco iceberg. Desesperada por la pérdida, aparentemente se ahorco en su habitación. Desde entonces, son muchas las personas que la han visto reflejada en espejos, con un vestido blanco largo y un sombrero con una pluma, con un rostro triste, esperando que algún día aparezca su esposo en el hotel. Al parecer, suele rondar el ala oeste del piso 8, concretamente donde hay un pasillo con un arco y donde se hallaba, en 1912, el departamento que ella ocupaba en vida.  En 1996, el actor Michael Imperioli, conocido por su personaje de la serie Los Soprano, aseguró haberla visto una vez. Una noche, al volver a su habitación, al abrirse el elevador, el actor oyó y vio a una mujer sollozando, al fondo de un pasillo, se le acercó y le preguntó si estaba bien, la mujer volteó a verlo y luego desapareció en el aire.

En 1922 se informó sobre una joven de unos veinte años, llamada Etelka Graf, que se arrojó por la ventana que daba a la calle 23 y encontró su muerte en la acera. Antes de su caída fatal, había colocado su mano derecha en unas enormes tijeras industriales y se cortó la mano derecha. El dolor era más de lo que esperaba, por lo tanto, se arrojó por la ventana.
Era la hija mimada de un rico comerciante de seda cuya familia vivía en una elegante suite en el Hotel Chelsea. Era una artista, pero sus planes se vieron truncados cuando conoció a un apuesto compositor y se escapó para casarse cuando ambos aún eran adolescentes. En pocos años, el esposo había caído en el alcoholismo y tenían dos hijos pequeños.
Ella regresó al Hotel y le suplicó a su padre porque no tenían a dónde ir y su esposo no servía para nada. El padre, todavía enfurecido cedió, dejó que regresaran, pero había una condición: ella era responsable de todas las tareas domésticas y la limpieza, así como de traer costura para aumentar los ingresos del hogar, y también tenía que lavar a mano la ropa interior de su madre (una actividad constante, ya que la madre padecía de incontinencia).
La vida se volvió demasiado difícil de soportar. Sus manos se estaban arruinando por las interminables tareas domésticas. Por lo tanto, una noche, se cortó la mano derecha y dejó su trágica existencia.
Es en las noches sin luna que se la puede ver revoloteando fuera de las ventanas de los pisos superiores del Hotel, con su cabello largo y su vestido blanco.  

En el quinto piso se han visto apariciones esqueléticas en los armarios, y en la habitación 524 el fantasma de un hombre anciano se ha visto sollozar en el cuarto de baño.

Y la presencia de un "Hombre Gris" con sombrero de los años 30, que aparece en el rellano de las escaleras del décimo piso y busca obligar a otras personas y niños a saltar hacia su muerte. También se habla de ráfagas de aire gélido y lugares particularmente helados en los pasillos; ruidos de pisadas, gente que es tocada y hasta empujada; luces, llaves de agua y televisores que se activan y apagan por sí solos; e inclusive conversaciones y susurros en habitaciones vacías.

El fantasma de Thomas Wolfe se aparece en el piso 8, causando problemas con las luces, que se apagan mientras se escucha el tecleo de una vieja máquina de escribir...

Y es en el nivel más bajo del edificio, donde el cristal de sus puertas refleja la figura de una mujer rubia con vestimentas anticuadas, que acompaña a los huéspedes del hotel hasta la recepción, y sin más, se esfuma…

Según informes verificados de un médium, también está el fantasma de Larry, es ansioso y no deja de hablar, según él, hay algo subterráneo,  un poder, que está ahí mucho antes de que se construyera el hotel.

Los fantasmas abundan en este lugar; hay quienes aseguran no solo haberlos visto, sino haber conversado con ellos. Con frecuencia se escuchan pisadas, gritos desgarradores, ruidos extraños, música de otras épocas, peleas, risas extrañas. Hay luces que se encienden y se apagan solas. O un elevador que se detiene en el primer piso sin que nadie lo haya llamado.  Muchos huéspedes aseguran haber sentido tales presencias sobrenaturales en sus propios cuerpos, cosas muy sutiles, una especie de estática o como si algo invisible le tocase la piel.