HOTEL BUXTON INN:

313 E Broadway, Granville, Ohio.

HOTEL BUXTON INN
Originalmente se llamaba, la taberna, y fue construida en 1812 por Orrin Granger. Además de ser una posada, Buxton también fue la primera oficina de correos de Granville y una parada de diligencia. Después de la muerte de Orrin Granger, la propiedad pasó por varios propietarios, nunca se cerró debido a su popularidad.

En la década de 1850, la posada fue adquirida por James W. Dilley y pasó a llamarse "The Dilley House". El comandante Buxton y su esposa adquirieron la propiedad en 1865 hasta 1902. Después de la muerte de los Buxton, la cantante de ópera retirada Ethel Bounell se hizo cargo de la posada. Los siguientes propietarios de la posada fueron Orville Audrey Orr, desde 1972 hasta el año 2014. Luego lo compró un grupo asociado, dirigido por Robert Schilling.

Tiene 25 habitaciones, está formada por diez edificios en total, el patio tiene seis fuentes y un gran jardín. Cinco de los edificios se destinan a la posada, mientras que el resto sirve para diferentes cosas.

El primer fantasma reportado en el hotel fue Orrin Granger en la década de 1920, se enfermó y falleció en el edificio. Después de la muerte de Granger, el  señor Sweet se hizo cargo del establecimiento y supervisó los terrenos. Una mañana, bajando las escaleras para ir a buscar algo de comida, Fred, el hijo de Sweet, encontró a un misterioso desconocido sentado en la cocina comiendo el último trozo del pastel de la familia.

Fred habló con el hombre durante mucho tiempo y escuchó algo de la historia del establecimiento cuando se construyó. Cuando le preguntó al hombre cómo sabía tanto sobre el lugar, el extraño simplemente sonrió y dijo:

"Bueno, soy Orrin Granger, el propietario original de este edificio. Ahora, si me disculpan", y desapareció en el aire.

El fantasma del comandante Buxton se ha visto y "olido" en toda la posada. Era un fanático de los cigarros y el olor del humo del cigarro se ha olido en varios puntos de la posada. Su aparición se ve con mayor frecuencia en la cocina y el comedor principal. Su aparición es de un hombre mayor, ya que tenía 80 años cuando murió, que lleva un traje oscuro anticuado.

Una mañana, mientras el personal preparaba el comedor para abrir el negocio, una de las camareras estaba poniendo las mesas y doblando servilletas, vio a un hombre con un traje oscuro sentado junto a la chimenea. Tomada por sorpresa, fue a la cocina para preguntarle a otra camarera si debería servirle al hombre, aunque técnicamente aún no estaban abiertos. Su compañera estaba desconcertada y fue al comedor para ver que la habitación estaba completamente vacía.

Ethel "Bonnie" Bounell
Ethel "Bonnie" Bounell, la antigua posadera, nació en 1888 y se dice que murió en la habitación número nueve, en 1960, de una meningitis.
Fue enterrada junto a su esposo en el cementerio de Maple Grove, justo al final de la calle de su amada posada.
Los huéspedes que se han alojado en la habitación han informado que vieron a una dama vestida de azul, el color favorito de BonnieA menudo se huele el aroma de su perfume, de gardenia antiguo. Este olor ocurre con más frecuencia de lo que se ve su espíritu.

Los huéspedes también han sentido la presencia de un gato fantasma saltando en sus camas o han visto su sombra en el bar. Resulta ser que Bonnie, tenía un gato llamado Mayor Buxton.
Su lugar favorito en la posada; era encima de una almohada, en una silla antigua dentro de la puerta principal. Pesaba unos 7 kilos y se decía que tenía una personalidad que podía conquistarte incluso si no eras fanático de los gatos, era tan popular que los invitados a menudo le pedían que se uniera a su mesa para cenar.

Dentro de la habitación 7, existe la presencia de una entidad mucho más oscura, y los invitados a menudo informan la sensación de incomodidad en esa habitación. Esta sensación también ha sido reportada por muchos empleados y propietarios en el sótano de la posada.

Otros informes incluyen puertas pesadas que se cierran de golpe y se abren espontáneamente, sin brisa aparente u otra explicación válida. Las personas también informaron haber escuchado pasos detrás de ellos en pasillos vacíos, y que le llamaban por sus nombres.

Durante los años 70, los trabajadores de la posada vieron la aparición de un hombre vestido de azul y desde entonces se negaron a entrar en la posada después del anochecer.

Una empleada del hotel contó que, tan pronto como comenzó a trabajar aquí, siempre sintió que alguien la estaba mirando: a través de la ventana, junto al mostrador, en las habitaciones, el salón, siempre esa sensación incómoda de que alguien te está observando.

 A principios de la década de 1990, algunas mujeres se quedaron en el hotel, por una conferencia de enfermería. La enfermera que se encontraba en la habitación 9 informó que una mujer que vestía una bata azul entró en su habitación en medio de la noche. Ella dice que tuvo una larga conversación con la misteriosa mujer de azul, que finalmente se fue. La enfermera desconocía el historial de avistamientos de fantasmas en la posada, y una vez que se dio cuenta de que a nadie más se le había dado la llave de la habitación, que no la compartía con nadie, se asustó por completo. 

Durante el cierre por Covid, mientras la posada y la taberna estaban cerradas, el personal dijo que la actividad parecía ser más pronunciada de lo habitual. Tal vez fue porque no había invitados y el edificio estaba mucho más tranquilo y vacío de lo normal. Según el gerente, a menudo escuchaba el ruido de tazas y sillas que se deslizaban por el suelo provenientes de la taberna.