EL FARO ST. AGUSTÍN:

Situado en la soleada Florida, más concretamente en la Isla Anastasia a unos 340 kilómetros de la capital, Tallahassee en Estados Unidos, con una altura de 50 metros y unas escaleras de 219 peldaños.

faro español 1824
El actual faro no fue el primero en ser construido, sino el segundo. Tampoco ha sido siempre un faro, cuando los españoles llegaron hasta Florida en el siglo XVI, construyeron una torre de vigilancia que fue arrasada por los piratas entre finales del siglo XVII y mediados del siglo XVIII. Una vez destruida la torre, las autoridades españolas decidieron reconstruirla como un faro en 1737 hecho de roca coquina.

Este faro logró soportar el paso de los años hasta 1880, cuando cayó dentro del mar por el paso del tiempo y el deterioro de la roca. No fue hasta 1884, ya en pertenencia inglesa, cuando se construyó el actual faro, esta vez con material mucho más duradero y resistente.

La historia más triste es la que protagonizaron dos hermanas en 1873, cuando acompañaban a su padre, un reputado arquitecto. Las dos niñas de 13 y 15 años respectivamente decidieron hacer una travesura, las chicas cogieron un carro con el que los operarios se dedicaban a transportar material y sufriendo un terrible accidente que las costó la vida.

Durante la Segunda Guerra Mundial este viejo faro, sirvió como torre de vigilancia para evitar posibles incursiones enemigas mediante submarinos.

Faro San Agustín
En 1955 automatizado y en 1994, pasó a ser un museo, aunque nunca ha dejado de alumbrar a los barcos en las oscuras noches.

Desde que hay registros han vivido tres fareros en el lugar, pero sin ninguna duda el más famoso de ellos fue Joseph Andreu que trabajó en este lugar durante más de treinta años y que murió al caerse mientras pintaba el faro.

Su sucesor, un inmigrante danés Peter Rasmussen, quien también pasó allí muchos años también ha sido visto en el lugar haciendo lo que más le gustaba fumar puros mientras trabajaba.

Algunos trabajadores del actual museo han asegurado haber olido humo de puro a altas horas de la madrugada, al igual que haber visto seguidamente huellas realizadas con botas de pesca en la moqueta del suelo.

Ambas niñas son los fantasmas más vistos del faro. A la mayor de las dos incluso se la ha llegado a ver con el vestido con el que murió aquel fatídico día. Muchos han escuchado a dos niñas jugando y riendo y cuando se acercaban al lugar, pensando que podía tratarse de intrusos no había absolutamente nadie. Otros sin embargo las han visto asustadas y llamando a su padre.

Los espíritus menos recurrentes de este sitio son trece piratas, que según cuenta la leyenda fueron quemados vivos detrás del faro por los españoles, cuando estos ocupaban el faro. La verdad es que si lo pensamos bien esta historia no tendría nada de descabellado, ya que, en la época colonial española, Florida estaba llena de piratas.

El siguiente fantasma es el de una mujer que nadie sabe de dónde, puede salir, que en forma de espectro va pidiendo ayuda. Algunos piensan que puede tratarse del espíritu de una prostituta que pudo ser violada y asesinada en el lugar.

Durante años ha habido informes de un gran espíritu oscuro, de aspecto masculino que cuelga alrededor de las bombas de agua en el sótano. Supuestamente era un marinero o un empleado que se ahorco en el faro en la década de 1930.