EL ÁRBOL DEL DIABLO:

Municipio de Bernards en New Jersey.

Un viejo y siniestro roble en soledad yace sobre una pequeña colina, esta zona del condado de Somerset, era una sede central del Ku Klux Klan de New Jersey, pues bien, en este lugar, precisamente en ese Árbol, colgaban a los afroamericanos que fueron linchados por una turba de justicieros. Algo terrible que duró demasiados años y esto era solamente el principio de la terrorífica leyenda que empaparía las ramas del ‘Árbol del Diablo’.

Entrando ya el siglo XX los hechos de sangre no cesaron, como si el árbol fuera un imán que atraiga lo peor del mundo, se registró el caso de un granjero que vivía en las cercanías, que quebró durante la gran depresión y no podía alimentar a su esposa e hijos. Un día llevó a su familia de picnic, allí los mató y luego se ahorcó en el mismo árbol.

el árbol del Diablo
Así, el árbol de New Jersey cargó en sus ramas con más cuerpos humanos muertos que ningún otro árbol, sin mencionar que se celebraron allí rituales satánicos y que el asesino en serie Gerard John Schaefer, un ex policía conocido como “el carnicero de Blind Creek” el cual cometió múltiples crímenes de jóvenes a principios de la década de los años 70, supuestamente violó, mutiló, ahorcó y enterró allí a dos chicas junto al árbol, volviendo días después para cometer actos de necrofilia con los cadáveres.  
No tenía buenas relaciones con su padre porque favorecía siempre a su hermana, en su adolescencia se obsesionó con las bragas de las mujeres y se dedicó a espiar a su vecina, también admitió haber estado en matanzas de animales durante su juventud y cierto gusto por el travestismo para según él evitar el servicio militar en Vietnam.
En 1964 fua a la universidad y se casó, en 1969 se convirtió en maestro, pero fue despedido por comportamiento inapropiado según el director. Después de ser rechazado en el sacerdocio se graduó como patrullero en 1971 a los 25 años.
El 21 de julio de 1972 mientras patrullaba recogió a dos adolescentes, las llevó al bosque y las ató a los arboles donde amenazó con matarlas o venderlas para prostitución, pero recibió una llamada en la radio de la policía así que las dejó abandonadas en el bosque. Las chicas de 17 y 18 años consiguieron soltarse y fueron a la comisaría más cercana que era la estación del propio secuestrador,
El explicó que había hecho un falso secuestro para darles un escarmiento  y aprendieran lo que podía pasar, para evitar irresponsabilidades, su jefe no lo creyó, lo despojaron de su placa y lo acusaron de secuestro y asalto.
Después de pagar una fianza fue puesto en libertad.

Susan Lugar y Georgia Jessup
Dos meses después torturó y asesinó a Susan Lugar y Georgia Jessup de 17 y 16 años. Fue llevado a un tribunal civil por el caso de secuestro de las dos niñas y fue declarado culpable de cargo de asalto agravado por lo que recibió una sentencia de un año.
6 meses después de la desaparición los restos descuartizados y descompuestos de las chicas fueron encontrados. La policía encontró en su casa historias escritas por él llenas de tortura, violación y asesinatos de mujeres. También encontraron objetos personales y joyas de las víctimas y dientes de por lo menos 8 mujeres jóvenes o niñas desaparecidas en los últimos años.
Fue acusado de asesinato en octubre de 1973, recibió dos sentencias de cadena perpetua, al final fueron alrededor de 30 mujeres y niñas.
El 3 de diciembre de 1995 fue encontrado apuñalado en su celda por un compañero Vicente Rivera.

Las personas que han tenido el valor de acercarse al árbol también han contado otros datos desconcertantes. Afirman que una sensación de opresión e intranquilidad se apodera de ellos, como si en el ambiente se respirase una espeso oxigeno cargado de maldad. Además, se comenta que quienes han golpeado el árbol, se han burlado de él o incluso han orinado cerca de su tronco, han experimentado accidentes de tráfico o algún otro suceso nefasto.

La nieve nunca permanece en el suelo debajo del árbol incluso en temporada de invierno extremo. La tierra emana un calor inusual, además  hay roca que la llaman del calor o del diablo porque desprende un calor superior al resto de rocas que hay en el área.

Algunos han dicho que percibieron gritos sin fuente aparente, o que vieron sombras o siluetas merodeando con actitud acechante y escurridiza. Pero lo más sorprendente es la historia del carro negro fantasma, que ha perseguido a algunos después de que entraron en sus coches para alejarse del funesto lugar. Ese coche los persigue, pero siempre desaparece inexplicablemente cuando el coche de las víctimas se aproxima a la carretera principal.

En una oportunidad las autoridades municipales locales decretaron que el árbol fuera derribado, pero los trabajadores encargados de hacer el trabajo no pudieron concluir su tarea. En primer lugar, las sierras eléctricas dejaron de funcionar inexplicablemente cuando los obreros se acercaron al árbol.

Y cuando los mismos trabajadores, intentaron echar abajo el árbol con hachas, las hojas de metal se salieron de los mangos de madera tras los primeros golpes, por lo que finalmente se desistió de intentar talarlo. Desde entonces se asegura que el árbol del diablo tiene impreso el sello de la fatalidad y la muerte, inclusive se protege a sí mismo, mandando mala suerte a quienes se atreven a ponerlo en peligro.

Con respecto al por qué de todos estos inexplicables fenómenos, algunos expertos han asegurado que este árbol absorbió las malévolas energías que se emitieron a su alrededor durante los últimos siglos, especialmente en lo relativo a los linchamientos, asesinatos y suicidios que se registraron a su alrededor.