HOTEL HAY-ADAMS:

800, 16th Street, Lafayette Square, Washington.

Es el lugar donde aparece el fantasma de Marion "Clover" Hooper Adams. Ella era la esposa de Henry Brooks Adams, el famoso periodista, historiador, académico y novelista estadounidense del siglo XIX que era nieto de John Quincy Adams. Se casó con Henry el 27 de junio de 1872  y en 1877 la pareja se mudó a Washington DC y alquiló la casa Slidell.

Su hogar se convirtió en un salón para los literatos y políticos poderosos de la capital.
En 1881, los Adams compraron en la esquina noroeste de Lafayette Square  y con su amigo John Hay comenzaron a construir las famosas Casas Hay-Adams, dos de las residencias privadas más importantes arquitectónicamente jamás construidas en la ciudad.

El padre de Marion Adams, el doctor Hooper, murió el 13 de abril de 1885 y ella se hundió en una profunda depresión. Justo unos meses antes de que ella ocupara su espaciosa y lujosa casa nueva, dijo que se retiraba por un dolor de muelas, más tarde fue encontrada tirada en la alfombra delante de la chimenea. Marion se suicidó el 6 de diciembre de 1885 a los 42 años al ingerir cianuro de potasio. Esta sustancia fatalmente tóxica se utilizaba para revelar películas. Ella era una hábil fotógrafa, aunque su marido no le permitió publicar nunca sus fotos de manera profesional, había utilizado regularmente el producto químico en su cuarto oscuro. Además era fácil de reconocer por su olor a almendras.
Sin embargo, el periódico local decidió evitar el escándalo e informó en su lugar que había fallecido de problemas cardíacos.

Henry Adams estaba tan afligido que quemó todas las cartas que ella le había escrito y rara vez hablaba de su perdida, pero encargó a un escultor que creara el inquietante Adams Memorial, un monumento conmemorativo en el cementerio de Rock Creek, donde aparece una figura amortajada de tamaño natural sentada en un banco con los ojos cerrados apenas perceptibles bajo el velo. No hay nombre, fecha ni palabras inscritas.
En poco tiempo se convirtió en una atracción turística popular, a pesar de que Adams intentó ocultar la vista con árboles y arbustos. A pesar de muchas peticiones, se negó a permitir que se hicieran copias de la estatua.

Quienes visitan el lugar dicen que pueden sentir con fuerza la presencia de Marion. Otros, después de pasar un tiempo cerca de la estatua, se sienten abrumados por la tristeza, el dolor y la desesperación. Se ha visto a Marion y a Henry, que cuando falleció también fue enterrado aquí, vagando por el lugar. 

Décadas después se hizo una copia no autorizada del monumento, el general Felix Agnus hizo una réplica ilegal de ella para su propia parcela familiar en el cementerio Druid Ridge en Pikesville. Esta figura se hizo conocida como la infame figura de “ Black Aggie ”. A partir de su instalación en 1926, la réplica estuvo rodeada de muchas leyendas urbanas, principalmente que alguien que pasara una noche en su regazo sería perseguido por los fantasmas de los enterrados allí; que no crecería hierba en el suelo donde yacía la sombra de la estatua durante el día; que las mujeres embarazadas que caminaran a través de su sombra abortarían o que la estatua se animaría durante la noche, ya sea moviéndose físicamente o mostrando unos ojos rojos brillantes.
Estas leyendas urbanas llevaron mucha atención no deseada hacia la estatua; mucha gente fue sorprendida irrumpiendo en el cementerio por la noche para visitarlo, y el pedestal fue objeto de vandalismo con frecuencia.

Una fraternidad universitaria local decidió incluirla en sus ritos de iniciación, a los candidatos se les ordenó pasar la noche en el frío abrazo de la estatua, tenían que sentarse en su regazo y una historia afirma que una vez cobró vida y aplastó a un desventurado estudiante de primer año con su poderoso agarre.

Otros chicos de fraternidades tuvieron la misma mala suerte... Una medianoche, el vigilante del cementerio escuchó un grito en la oscuridad. Cuando llegó a la tumba, encontró a un joven muerto al pie de la estatua... había muerto de miedo, o eso decía la historia. 

Una mañana de 1962, un vigilante descubrió que uno de los brazos del ángel había sido cortado durante la noche. El brazo faltante fue encontrado más tarde en el maletero del coche de un trabajador junto con una sierra. Le dijo al juez que la estatua se había cortado el brazo en un ataque de dolor y se lo había dado a él. Al parecer, el juez no le creyó y el hombre fue a la cárcel.

Además de robar el brazo de la estatua, cientos de nombres y mensajes fueron garabateados en la estatua, en la base de granito y la pared detrás de ella. Los encargados del cementerio hicieron todo lo posible para disuadir a los visitantes, incluso plantando arbustos espinosos a su alrededor, pero no lograron mantener alejada a la gente. No hay ninguna indicación de por qué no se patrullaba mejor el cementerio por la noche, pero tal vez simplemente no podían permitírselo. Por cada intruso arrestado, docenas de otros lograron llegar al lugar. 
Con el tiempo, la cantidad de visitantes nocturnos y la destrucción que causaban se volvieron demasiado para que el cementerio pudiera manejarlos. En la década de 1960, la situación se había vuelto tan mala que la familia, perturbada por la atención que recibió la estatua, la donó al museo Smithsonian el 18 de marzo de 1967. Finalmente, la estatua residiría afuera de la Casa Dolly Madison  en Lafayette Square, a solo unos pasos del  hotel donde Marion se suicidó .

Las Casas Hay-Adams fueron derribadas en 1927 por el desarrollador inmobiliario Harry Wardman, y el Hotel con 138 habitaciones fue construido en el lugar, abriendo sus puertas en 1928. Aunque Marion Adams nunca vivió en la casa donde está hoy el Hotel, algunos empleados dicen que su espectro sigue en el sitio. Las amas de llave y otros miembros del personal informaron haber sido llamados por sus nombres o abrazados por una presencia invisible cuando están limpiando las habitaciones, así como escuchar a una mujer sollozar en una habitación o en el hueco de las escaleras.

Otros sucesos misteriosos atribuidos al espectro incluyen puertas y ventanas cerradas que se abren y cierran, puntos fríos, orbes, radios que se encienden y apagan, una voz de mujer que susurra: ¿Qué quieres? , en una habitación donde no hay nadie alrededor. Algunos testigos dicen que el fantasma está acompañado por el aroma de almendras, relacionado con el veneno que tomó.

Los incidentes se ubican principalmente en el cuarto piso del hotel y ocurren generalmente durante las primeras dos semanas de diciembre (cerca del aniversario de la muerte de Marion).

Los huéspedes y el personal han informado de pasos inexplicables que resuenan en los pasillos vacíos y avistamientos de figuras sombrías que desaparecen en las esquinas. Algunos creen que estos visitantes espectrales son antiguos huéspedes que tuvieron destinos trágicos durante su estancia en el hotel, lo que se suma al aire de misterio e intriga que rodea al histórico Hotel. 

Una de las leyendas más duraderas gira en torno a la habitación 808, donde los huéspedes han informado de experiencias escalofriantes que desafían la explicación racional. Los susurros, las corrientes de aire frío, las luces parpadeantes y los objetos que se mueven solos han alimentado los rumores de un espíritu inquieto que acecha esta suite en particular, dejando a los visitantes con una sensación de inquietud y fascinación.