LOS BOSQUES OLD HOUSE:

En Matthews, un condado de Virginia, Estados Unidos.

BOSQUES OLD HOUSE
Los Bosques Old House son una zona agreste de unos 50 acres, tan denso que en algunas zonas no se veía el cielo. Se extiende a lo largo de la costa de la bahía de Chesapeake en Virginia, cerca de la pequeña ciudad de Diggs; que cuentan con una rica historia de fenómenos sobrenaturales, experiencias inexplicables y otros eventos.

Durante la guerra revolucionaria de Estados Unidos, los bosques fueron un destino para piratas y soldados que ocupaban el sitio para ocultarse. Más adelante, en la guerra civil estadounidense; fue escenario de múltiples escaramuzas entre fuerzas confederadas y de la Unión. Es por esta historia de violencia, asesinatos y combates que se le dio el apodo del "Bosque Negro" de Virginia.

Este nombre fue usado por primera vez en la década de 1700, cuando en el centro de los bosques se alzaba una casa colonial, conocida como la mansión Frannie Knight. Aparentemente, la casa misteriosamente se incendió un día, no había un punto de partida del fuego. El incendio fue totalmente espontáneo, y se apagó tan rápido como se incendió. La casa, aunque gravemente dañada, se mantuvo en pie hasta unos años más tarde, cuando se incendió una vez más y se quemó hasta sus cimientos.

Parte del atractivo de los Bosques Old House son las leyendas de tesoros ocultos en la costa conocida como Whites Creek que datan de los años 1600. Las leyendas narran que varias bandas de piratas y contrabandistas tomaban ventaja de lo apartado del lugar para ocultar sus tesoros.

El más famoso es el del Rey Carlos IIEl Rey envió un tesoro a América en las semanas anteriores a la batalla de Worcester, pero de camino la nave fue víctima de una tormenta y acabó encallada en Whites Creek. Una vez ahí, varios bandidos que habitaban el bosque saquearon el barco y ocultaron el botín con la intención de recuperarlo más tarde.

Dependiendo de la versión de la historia, se dice que los bandidos murieron durante otra tormenta o que fueron capturados y colgados por sus crímenes. El tesoro supuestamente continúa enterrado y es protegido por los espectros de la tripulación del barco. Otra variante de la leyenda dice que los ladrones regresan como fantasmas cada noche en busca de su tesoro, y que es fácil ver sus luces espectrales al moverse entre los bosques.

Otra historia de tesoros data de la Guerra Revolucionaria: En el año de 1781, hombres al mando del militar británico Charles Cornwallis cruzaron el bosque con un gran botín de oro robado para llevárselo a su comandante, cuando fueron emboscados por patriotas estadounidenses.

Al darse cuenta de que no podían cargar con él y pelear, decidieron ocultarlo en los bosques para ir por él después; pero el final de la guerra les impidió hacerlo y el tesoro permanece ahí escondido. Aquí, se dice que los espíritus de soldados británicos patrullan los bosques por las noches en busca del lugar donde se enterró el oro.

Un gran número de intrépidos oportunistas han desaparecido al internarse al bosque en busca del oro.

Además de soldados y piratas también hay reportes de naves fantasma, siendo el más importante aquél presenciado por un pescador llamado Ben Feribee a finales del siglo XIX. De acuerdo con Feribee, estaba pescando en Whites Creek cuando vio una nave fantasma materializándose de la nada, la cual describió como un enorme galeón lleno de luces en cada mástil y ventanilla; tripulado por sombras humanas visibles sobre la cubierta. La nave se lanzó de lleno contra el bote de Feribee, que trató de maniobrar para salir de una colisión inminente. Cuando todo parecía perdido y que la nave lo arrollaría, Feribee vio que la nave sencillamente lo atravesó y continuó su camino por las aguas sin hacerle daño.

Otras leyendas involucran un galeón español que aparece en Whites Creek y flota a varios metros sobre el nivel del agua e incluso tierra adentro; desapareciendo en el corazón de los bosques.

Uno de los fantasmas más famoso es la figura espectral de una mujer vestida de blanco, de cabello claro, que atraviesa los bosques gritando cuando va a ocurrir alguna tormenta; por ello se le conoce como "la dama de las tormentas" y se cree que es una portadora de la desgracia, similar a las Banshees del folklore irlandés.

Un residente local y cazador de patos de nombre Henry Forrest dijo haberse encontrado con un grupo de soldados vestidos con el uniforme de las casacas rojas de 1776. Forrest cuenta que, al disparar al borde del río, los soldados aparecieron tras unos cañaverales y empezaron a avanzar hacia él. Corrió de vuelta a su bote y para su sorpresa, se encontró a un soldado sentado en él. Forrest amenazó con dispararle, a lo que el espíritu respondió "Dispara y la maldición del diablo caerá sobre ti y tu progenie traidora"; pero el cazador no se intimidó y abrió fuego contra él casaca roja. El soldado fantasma comenzó a flotar hacia él, y Forrest salió corriendo despavorido hacia el bosque.

Aparte de las casacas rojas, se habla de misteriosos esqueletos cubiertos por armaduras oxidadas, los cuales merodean al anochecer. En 1926, un hombre llamado Jesse Hudgins reportó que había sido rodeado por un grupo de extraños, al acercarse y verlos, el susto fue mayúsculo: Se trataba de esqueletos putrefactos que vestían armaduras medievales, y uno de ellos lo amenazó con lo que parecía ser una espada.

Otros espíritus de los bosques incluyen dos perros negros que tienden a atacar a la gente, perseguir autos e incluso a veces derribar a motociclistas para luego desaparecer como por arte de magia, mientras sus ladridos reverberan entre los árboles. Además de los perros, se han visto caballos negros que corren a la par de los autos, cuervos traslúcidos que vuelan entre las copas de los árboles y vacas y toros sin cabeza que aparecen en los claros del bosque.

imagen espectral bosques old house
Cabe mencionar que grupos de caza fantasmas e investigadores han visitado Old House y experimentado toda clase de sucesos que van desde cámaras y equipo electrónico que empieza a fallar hasta la captura de fotografías con imágenes espectrales, vídeos en los que aparecen luces y figuras traslúcidas; e incluso grabaciones que han registrado pisadas, voces e incluso el sonido de cañonazos.

En la época que no existían los autos, los viajeros se negaban a pasar por el área debido a que algo en el bosque hacía que los caballos entraran en pánico o se negaran a avanzar. Esta sensación de pánico se extiende a los seres humanos, pues muchos campistas y viajeros dicen caer presa de una sensación de pánico y perdición; al grado de rehusarse a continuar más allá de cierto punto. Otras instancias incluyen la sensación de pérdida del aliento y asfixia; terror ocasionado por orbes de luz que solo algunas personas pueden ver, y la percepción de un inusual olor a azufre que se vuelve insoportable por unos segundos, para luego desaparecer repentinamente.

Los viajeros y excursionistas informan haber escuchado cosas como susurros, voces y risas que no tienen una fuente aparente. Hay pasos, sombras que se lanzan entre los troncos de los árboles y figuras vistas por el rabillo del ojo.